"La apuesta de las empresas por la formación de sus trabajadores es cada vez mayor"
Entrevistamos a Javier Jiménez Ortiz, presidente de la Confederación Española de Empresas de Formación (CECAP), la organización empresarial más representativa del sector de la formación no reglada en España con más de 1.200 empresas asociadas y a la que Formagrupo pertenece desde 2006. Licenciado en Físicas por la Universidad de Granada, además de máximo responsable de CECAP, Javier Jiménez Ortiz es también miembro de las junta directivas de la CEOE y CEPYME, del Consejo General del Sistema Nacional de Empleo y de la Comisión Estatal de Formación para el Empleo.
- La gran novedad de la Formación en España en este 2015 ha sido el recientemente aprobado Real Decreto-ley para la reforma urgente del Sistema de Formación Profesional para el Empleo en el ámbito laboral. ¿Qué aspecto destacaría de este nuevo marco legal?
El Real Decreto-ley 4/2015, de 22 de marzo, sienta las bases de un nuevo sistema de formación para el empleo en el que cabría destacar aspectos tales como que la gestión de la formación de oferta se realizará siempre en régimen de concurrencia competitiva y por entidades que cumplan los correspondientes requisitos para su inscripción y/o acreditación; la planificación estratégica plurianual que permitirá a los centros y entidades de formación incrementar sus inversiones en recursos e infraestructuras en un marco de certidumbre y estabilidad normativa; el diseño de la formación en base a una observación y estudio previo del mercado de trabajo que identifique las tendencias y sectores emergentes o de creación de nuevos puestos de trabajo, lo que permitirá detectar las necesidades reales de empresas y trabajadores y responder más eficazmente a sus demandas formativas; y el impulso a la formación en el seno de la empresa con una simplificación de las trabas burocráticas actuales reduciendo, por ejemplo, los plazos de comunicación a la Administración y con una apuesta clara por la profesionalización ya que en todo caso la impartición de esta formación habrá de hacerse por entidades acreditadas y/o inscritas.
- Desde su perspectiva, ¿qué le falta y qué le sobra a este Real Decreto?
Al texto normativo le queda aún su tramitación como proyecto ley y un desarrollo reglamentario no menos complejo. Con todo, en esta nueva fase serían deseables algunas mejoras como la de la financiación en lo que a la modalidad de pagos se refiere, avanzar en un modelo de contratación, licitación.... y dejar el actual modelo basado en subvenciones cuya estructura de costes dista mucho de la realidad de un centro de formación, que no contempla entre otras cuestiones los distintos recursos humanos que participan en la formación, no considera los esfuerzos de éstos para invertir en infraestructuras y, en general no tiene en cuenta los costes reales de los centros y entidades de formación para impartir una formación de calidad.
- ¿Cree que este nuevo marco regulatorio mejorará el sistema español de Formación Profesional para el Empleo?
En los últimos años venían evidenciándose algunos elementos distorsionadores del sistema de Formación Profesional para el Empleo que limitaban su eficiencia y que, en buena medida, serán corregidos con esta reforma.
Los aspectos de la reforma que destacaba anteriormente contribuirán sin duda alguna, cuando el Real Decreto esté plenamente desarrollado, a mejorar nuestro sistema de Formación para el Empleo y con él se sentarán las bases para dotarnos de un tejido productivo y una población activa más y mejor preparados para afrontar los cambios de nuestro sistema económico, anticiparnos a ellos y minimizar el impacto de posibles nuevos ciclos de recesión económica.
- ¿Cómo ha afectado la crisis a la Formación?
La grave crisis económica que ha atravesado nuestro país en los últimos años y que parece según todos los datos macroeconómicos que empieza a remitir, ha golpeado duramente al sector de la formación. Las consecuencias más negativas las encontramos en las empresas de formación de menor tamaño con un ámbito de negocio más reducido y que al descenso de la demanda de cursos por parte de alumnos por la vía estrictamente privada han tenido que sumar los problemas económicos fruto de los impagos por parte de la Administración.
Muchos pequeños centros han tenido que cerrar y otros están intentando sortear la crisis diversificando sus servicios e intentando abrir nuevas líneas de negocio.
- ¿Ha cambiado la crisis la percepción que la sociedad tiene de la Formación?
Entre los logros del sistema de formación para el empleo a lo largo de los últimos años cabe destacar, además de los evidentes avances en el número de empresas y trabajadores que acceden a la formación, la puesta en valor del aprendizaje a lo largo de la vida.
La crisis económica y la destrucción de empleo que ha traído consigo, ha hecho que muchas personas que quedaban excluidas del mercado laboral iniciaran procesos de formación-recualificación para mejorar sus opciones de empleabilidad. Esto es sin duda positivo en tanto que la población activa considera que completar su formación académica con la actualización de sus competencias y la adquisición de otras nuevas, es el mejor camino para alcanzar un perfil profesional atractivo para las empresas y que les facilite su reincorporación al mercado laboral.
Esta percepción también la encontramos entre los trabajadores en activo. Así lo demuestra el constante incremento durante los últimos años del número de trabajadores ocupados y de empresas que acceden a la formación.
Paralelamente, hay que destacar de manera positiva el hecho de que las referencias a la formación como motor de la empleabilidad y de la competitividad económica y empresarial sean constantes en las Administraciones, organismos económicos nacionales e internacionales y organizaciones e instituciones de todo tipo, e incluso en legislación de muy diversos ámbitos en los que la puesta en valor de la formación es evidente.
- ¿Cuáles son las principales tendencias de la Formación en las empresas?
En cuanto a la participación de las empresas en la formación, ésta ha ido aumentando constantemente en los últimos diez años. Así lo indican los datos del total de empresas que realizan formación pasando de las poco más de 33.000 que formaron a sus trabajadores en 2004 a las más de 478.000 que lo hicieron en 2013 y que supone una tasa de cobertura formativa del 30%.
Estas cifras suponen que el 29% de los asalariados participó en acciones formativas organizadas por las empresas.
Otros datos representativos de las actuales tendencias de la Formación en las empresas es el notable incremento de los Permisos Individuales de Formación. Así, el número de trabajadores que finalizó un PIF en 2013 aumentó un 60% en relación a 2012.
En cuanto a modalidades de impartición, la mayoría de las empresas sigue optando por la formación presencial (más del 58% de los participantes lo hizo bajo esta modalidad) mientras que la teleformación apenas llega al 11%.
Por familias profesionales, Administración y Gestión, Seguridad y Medio Ambiente y Comercio y Marketing son las tres en las que se han formado más del 50% de los participantes durante 2013, según datos de la Fundación Tripartita.
Todas estas cifras nos indican que la apuesta de las empresas por la formación de sus trabajadores es cada vez mayor, manifestándose también en la inversión que éstas llevan a cabo. Así, según los últimos datos de diversos estudios, en 2013 el 80% de las empresas mantuvieron o incrementaron su inversión en formación respecto al año anterior y las previsiones para 2014 y 2015 indicaban un ligero incremento.
- Internacionalización, nuevas tecnologías, finanzas, sostenibilidad, e-commerce …¿Existe algún ámbito de la empresa en España que, hoy por hoy, exija un mayor esfuerzo formativo?
Las distintas áreas formativas que se enumeran son claves, por lo general, en cualquier actividad empresarial; ahora bien a la hora de diseñar y planificar el programa formativo de una empresa es necesario elaborar previamente un diagnóstico de necesidades formativas que será el que nos diga las necesidades reales que tienen los trabajadores, y como ese esfuerzo formativo va a contribuir a hacer más competitiva la empresa y a su posicionamiento más estratégico.
- ¿Cuál es el nivel de calidad de las empresas españolas de Formación?
La capacidad de adaptación ha sido siempre una de las señas de identidad de las empresas y centros de formación de nuestro país. Nuestras empresas han sabido evolucionar al ritmo que imprimían los cambios normativos y la evolución de nuestro tejido productivo y de nuestro modelo económico, siempre con un notable esfuerzo inversor y con una profesionalidad verdaderamente destacable.
Instalaciones, metodologías, profesorado, oferta formativa, implantación de las TIC’s, son todos ellos campos en los que nuestras empresas de formación han hecho un gran esfuerzo de readaptación constante. Pero también, y muy especialmente, en lo relativo a la calidad no sólo como parámetro general sino en todos y cada uno de esos campos que he citado.
La consecución de sellos de calidad en distintos niveles por parte de la inmensa mayoría de nuestros centros y empresas de formación, demuestra el esfuerzo constante que se lleva a cabo en esta materia y evidencia que la apuesta por la calidad es una realidad en nuestro sector.
- Los escándalos de corrupción en torno a la Formación están castigado muy duramente la reputación del sector. ¿Qué opinión tiene CECAP al respecto?
Lamentablemente así es. Los distintos casos de presuntas irregularidades en torno a la formación que vienen apareciendo en los últimos meses están contribuyendo a denostar injustamente no sólo a la formación en general, sino a nuestro sector, a nuestras empresas, a nuestro trabajo, en definitiva.
Desde CECAP siempre nos hemos manifestado con claridad en un doble sentido: por una parte, total y absoluto respeto a las actuaciones policiales y judiciales y, por otra, rotundo rechazo a cualquier práctica irregular venga de donde venga.
Como Confederación y como sector estamos a favor de establecer los mecanismos necesarios para garantizar el buen uso de los fondos destinados a formación y de actuar con la mayor dureza en todos los casos de mala praxis.
CECAP viene alertando de la existencia de esas malas praxis y lamentando la presencia de elementos ajenos al sistema que se han ido introduciendo en el mismo con una única pretensión: el negocio fácil. Por ello apostamos por la profesionalización y la expulsión del sistema de todos aquellos que lo distorsionan.
Pero con la misma vehemencia que condenamos la mala praxis, defendemos el buen hacer de la inmensa mayoría de los profesionales de nuestro sector que se están viendo injustamente perjudicados por las acciones u omisiones de otros.